Según el Diccionario de la Real Academia, "fraude" significa "engaño, inexactitud consciente, abuso de confianza, que produce o prepara un daño, generalmente material".La acepción describe con exactitud el comportamiento del PAN, del FELIFE y de los partidos comparsas, del que hacen apología una legión de locutores de radio y de televisión, quienes ahora niegan la existencia del fraude pues según ellos nadie lo vio.Constatamos todos el engaño y el abuso de Fox y de su gobierno, incluido el IFE, para apoyar a Calderón. Hemos visto no sólo las pruebas que ha presentado AMLO sino las que están en este blog (
http://senderodelpeje.blogspot.com/)y hemos constatado los testimonios de muchos de los asistentes a la marcha del sábado.También a todos nos consta la injerencia de Fox en las campañas, y la convergencia de puntos de vista del IFE y el PAN.Los apologistas del fraude apelan a la credulidad de mucha gente que no suele consultar las páginas Web, ni leen La Jornada o Proceso, y simplemente confían en las consignas que les inculcan esos comunicadores sin escrúpulos.He visto que algunos taxistas se han convertido en propagandistas de Fecal, si bien su actitud es fruto de la sugestión, no de la convicción. Los más fervientes de ellos repiten las respuestas de la derecha ante las impugnaciones: "no tiene nada de malo que Gordillo haya vendido los votos; es como si yo le vendo algo a alguien"; "Ese señor (refiriéndose a AMLO) está perdiendo credibilidad", "La papelería electoral que fue encontrada en el basurero "no tenía nada". Según ellos, a los que hemos ido al Zócalo, nos dieron una torta para "comprarnos", y así repiten mil estupideces más, que no nacieron en su mente sino en la de los vendepatrias de hoy.Sólo como una sugerencia, creo que por eso es muy importante lo que señaló AMLO en el Zócalo de usar el listón tricolor, para que se vea que lo estamos apoyando y, creo, habría que pensar en cómo se puede llegar a contrarrestar esa guerra sucia, además de argumentar con la gente que ha caído en ese lavado de cerebro colectivo.Esa maniobra implica, desde luego, que tales personas se sientan identificados con una clase y una generación a la que no pertenecen y así ve uno a los émulos de Fecal, ya cincuentones que hablan con desprecio de "los viejitos" (como si ellos fueran muy jóvenes), de los "ignorantes" (aunque ellos no tengan el hábito de la lectura), y de "los pobres que reciben dádivas" (como si ellos fueran millonarios, o empresarios acaudalados).Es un fenómeno impresionante de enajenación, en el que cualquiera puede caer fácilmente si pierde de vista el significado claro de palabras como "trampas", "fraude", "abuso", que remiten a los hechos que hemos presenciado en las campañas y en las votaciones.
posted by Edgar González Ruiz at
8:24 PM
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